En octubre se celebra el mes de las enfermedades reumáticas, entre ellas, la artritis reumatoide (AR), una patología crónica y progresiva que afecta a unas 200.000 personas en España según los resultados del estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Síntomas de la Artritis Reumatoide
La artritis reumatoide se caracteriza por la afectación de las articulaciones periféricas (manos, pies, muñecas, hombros, codos, caderas y rodillas), que cursa con dolor, hinchazón secundaria a la inflamación de la membrana sinovial y rigidez, sobre todo por la mañana o después de periodos prolongados de reposo. Estos síntomas impactan mucho en la calidad de vida de los pacientes, pudiendo afectar a su vida social, laboral y familiar.
Además de dañar las articulaciones y los tejidos circundantes (tendones y músculos) que puede provocar una disminución de la movilidad y de la función articular, la inflamación crónica puede afectar a otros órganos como el corazón, el pulmón o el riñón. Por esto la artritis reumatoide se considera una enfermedad sistémica (o lo que es lo mismo, generalizada). Además, si la inflamación es elevada y mantenida, puede provocar fiebre, cansancio, astenia, pérdida de peso y pérdida de apetito.
Tratamiento de la AR
El arsenal terapéutico actual para el tratamiento de la AR ha evolucionado a lo largo de los últimos años, sobre todo en la última década, desde los tradicionales analgésicos y FAMEs (fármacos modificadores de la enfermedad), hasta la aparición de los medicamentos biológicos que han supuesto una mejora sustancial del abordaje de la enfermedad, mejorando la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes.
No obstante, a pesar de todos los avances en la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, siguen existiendo necesidades no cubiertas en el tratamiento. Los pacientes con AR reconocen que a veces los tratamientos farmacológicos no son suficientes para el control y alivio del dolor crónico.
Más allá del tratamiento farmacológico
Existe el consenso en la comunidad médica de que el abordaje terapéutico de los pacientes con AR debe ser multidisciplinar, incorporando tanto intervenciones farmacológicas como no farmacológicas. Pero cuando hablamos de intervenciones no farmacológicas, ¿a qué nos referimos exactamente? Pues a todos aquellos tratamientos o acciones que no tienen nada que ver con los fármacos y que pueden contribuir al bienestar físico y emocional de los pacientes con artritis, por ejemplo, la práctica de ejercicio físico, la fisioterapia, la psicología, la fitoterapia y, cómo no, la quiropráctica.
Respecto a la evidencia acerca del ajuste de la columna para el tratamiento de patologías que cursan con dolor asociado a comorbilidad, como es el caso de la artritis reumatoide, existen algunos artículos publicados. En 2015 se publicó en una revista internacional el resultado del caso clínico de una mujer con AR aquejada de dolor de espalda a la que se intervino con técnicas quiroprácticas de una manera apropiada y segura.
Otro caso clínico publicado este mismo año pone de manifiesto que, en una paciente con AR, el ajuste de la columna vertebral por un quiropráctico, así como el uso de otras técnicas como la estimulación muscular eléctrica y la práctica de ejercicio físico, la ayudaron a recuperar sustancialmente su fuerza muscular en el cuello y su equilibrio a la hora de caminar tras 4 meses de tratamiento.
Y hay otros estudios publicados que respaldan el uso de la quiropráctica como herramienta de autocuidado para el control de los síntomas derivados de la AR. No obstante, es cierto que el uso de los ajustes quiroprácticos en pacientes con AR no está exento de debate. Por eso, todos los artículos publicados abogan por una mayor investigación en este campo, para que haya más evidencia que respalde el uso de la quiropráctica en este tipo de enfermedades reumáticas inmunomediadas.
¿Tienes AR? ¿Qué podemos hacer en Quiropráctica Sevilla por ti?
El tratamiento quiropráctico, se enfoca en el ajuste manual de la columna vertebral por lo que suele asociarse al alivio del dolor muscular y de espalda. Sin embargo, si hablamos de AR, hay que tener muchísima precaución a la hora de decidir si ajustar o no a un paciente. Cada caso es único y la valoración se tiene que hacer de manera pormenorizada e individualizada para asegurarnos de que los ajustes quiroprácticos se hacen de manera segura sin poner en ningún momento en riesgo al paciente. Además, es importante evitar el tratamiento quiropráctico en los momentos en los que la enfermedad cursa de manera más aguda. Es lo que se conoce como brotes de la artritis reumatoide. No obstante, esto es una recomendación que tu quiropráctico debe valorar de manera personalizada.
Dicho esto, una vez valorado cada caso, la quiropráctica, más allá de los ajustes, puede ayudar a los pacientes con AR a controlar su dolor y rigidez articular y muscular de muchas maneras:
- Con ejercicios y estiramientos, para fomentar el movimiento y la resistencia de músculos y articulaciones, para trabajar la rigidez.
- Con terapia de puntos de gatillo: aplicando una presión suave sobre unas zonas concretas del músculo para reducir el dolor muscular del paciente.
- Aplicando calor para relajar los músculos.
Si quieres saber más, ven a Quiropráctica Sevilla e infórmate. Estaremos encantados de ayudarte.
Referencias:
- https://inforeuma.com/enfermedades-reumaticas/artritis-reumatoide/ Acceso octubre 2021
- ARTHRITIS FOUNDATION https://espanol.arthritis.org/espanol/tratamientos/terapias/terapias-alternativas-complementarias-quiropractico/tecnicas-quiropracticas/
- Chadwick LR, et al. Use of spinal manipulation in a rheumatoid patient presenting with acute thoracic pain: a case reportJ Can Chiropr Assoc 2015; 59(2): .143-149
- Chun-Pu E, et al. Craniocervical instability associated with rheumatoid arthritis: a case report and brief review. AME Case Rep 2021;5:12.
- Lorig K, et al. The Internet-Based Arthritis Self-Management Program: A One-Year Randomized Trial for Patients With Arthritis or Fibromyalgia. Arthritis & Rheumatism (Arthritis Care & Research) Vol. 59, No. 7, July 15, 2008, pp 1009–1017.