La Federación Mundial de Quiropráctica (WFC) definió en 2001 la quiropráctica como la profesión sanitaria que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de los trastornos mecánicos del sistema musculoesquelético, y de los efectos de éstos en el sistema nervioso y en la salud general. Se basa en tratamientos manuales incluyendo el ajuste vertebral y otras manipulaciones articulares y de tejidos blandos.
No obstante, a pesar de tratarse de una profesión sanitaria, no está exenta de controversias por estar fuera del Sistema Nacional de Salud. Uno de los argumentos que se suelen utilizar en contra de esta especialidad, es la falta de evidencia científica.
Nada más lejos de la realidad, existe mucha evidencia científica que respalda la quiropráctica como profesión sanitaria y afirma los múltiples beneficios que tiene en el cuidado de la salud, tanto en la prevención como en el tratamiento de patologías relacionadas con el sistema musculoesquelético.
¿Qué es la evidencia científica?
La evidencia en cualquier contexto, según la definición de la Real Academia Española (RAE), constituye la certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar, es la prueba determinante en un proceso.
En medicina se usó por primera vez como concepto, de manera explícita, con el surgimiento de la Medicina Basada en Evidencia y se consideraba entonces un concepto aplicable a la Medicina Clínica. Actualmente se ha extendido a otros escenarios de la salud.
En salud la mejor evidencia se refiere a los resultados de estudios clínicos relevantes, realizados con una determinada metodología y con determinados requerimientos de calidad, que permiten disminuir los posibles errores de sesgo.
Evidencia en quiropráctica
En todas las bases de datos médicas existen publicaciones relacionadas con la quiropráctica. Si ponemos como ejemplo una de esas bases de datos, PubMed, vemos que, solo insertando la palabra “quiropráctica” en el buscador, aparecen 9.024 artículos científicos publicados desde los años 90 hasta la actualidad.
Las publicaciones encontradas son de todo tipo, mayoritariamente revisiones sistémicas de la bibliografía existente, experiencias con casos clínicos y opiniones de expertos, pero también podemos encontrar ensayos.
Leyendo los titulares, podríamos clasificar los estudios en 3 grandes tipos:
- Los relacionados con el cuidado quiropráctico de la salud: prevención y tratamiento de enfermedades, entre las que destacan aquellas relacionadas con el dolor de espalda, articulaciones y cabeza, así como problemas de conciliación del sueño.
- Aquellos relacionados con la especialidad en sí y su legislación en los diferentes países: la formación en quiropráctica, el reconocimiento como profesión sanitaria, normativa vigente en cada país, etc.
- Beneficios de quiropráctica en targets concretos como los niños, las mujeres embarazadas o las personas de la tercera edad.
Y podríamos hablar de un cuarto tipo de publicaciones, menos frecuente, sobre los beneficios de la quiropráctica en pacientes con patología que, a priori, no están relacionadas con la columna vertebral, como pacientes con problemas respiratorios y enfermedades oncológicas.
Así pues, existe evidencia que respalda el acceso a la quiropráctica como una especialidad más en el cuidado de la salud. Por supuesto, habrá que seguir investigando y generando evidencia que siga poniendo de manifiesto sus beneficios.
Bibliografía:
- https://dle.rae.es/evidencia Acceso Junio 2022
- Evidencia Científica, Canadian Health Services Research Foundation (CHSRF, 2006).
- https://www.wfc.org/website/index.php?option=com_content&view=article&id=90&Itemid=110&lang=es
- https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/?term=chiropractic&page=2 Acceso Junio 2022