¡El verano ya está aquí! Y es frecuente leer en esta época del año muchos artículos sobre el cuidado de la salud, sobre todo los relacionados con la protección solar de la piel y el cuidado de la alimentación para no ganar esos kilitos de más.
Nosotros nos sumamos al cuidado de la salud en verano, pero en nuestro caso, haciendo alusión a la natación. Playa o piscina, cualquier lugar es bueno para sumergirse, nadar, bucear y retomar todos los estilos de natación que aprendimos de niños. Porque como dice el dicho, nunca se olvida a montar en bicicleta, ¡ni a nadar!
Pero ¡cuidado! En la mayoría de los casos, no es un ejercicio físico que practiquemos durante todo el año, ni para el que realmente estemos físicamente preparados. A la falta de frecuencia, se suma el paso del tiempo, que cada verano tenemos 1 año más. Todo eso puede traducirse en lesiones importantes, sobre todo de espalda y hombros, que pueden enturbiarnos las vacaciones estivales.
La natación como ejercicio de tratamiento para la espalda
La natación se considera un deporte de bajo impacto para la espalda. De hecho, suele ser una de las recomendaciones de ejercicio físico que los clínicos (rehabilitadores, traumatólogos, etc.) prescriben a personas que padecen lesiones de espalda como escoliosis o hernias discales. Esto se debe a que la densidad del agua permite que, cuando nadamos, nuestra columna no tenga que soportar todo el peso de nuestro cuerpo.
Pero esto no significa en absoluto que sea una práctica deportiva exenta de riesgos. Existen diferentes factores que pueden implicar riesgos en la espalda al nadar. Por ejemplo:
- El estilo de natación: no es lo mismo nadar a crol que a mariposa o a braza. Estos dos últimos estilos pueden aumentar el dolor lumbar en aquellas personas que tengan arqueamiento de la columna.
- La técnica y biomecánica: hay que saber nadar correctamente. Una mala postura puede acarrear importantes molestias en la espalda y los hombros.
- El tiempo dedicado a la práctica del ejercicio físico: si no estamos entrenados, nadar durante mucho tiempo puede desgatar nuestra energía muscular.
Papel del quiropráctico
Hemos puesto de manifiesto en numerosas ocasiones los beneficios que el ajuste quiropráctico reporta en la prevención y tratamiento de pacientes con dolor de espalda y hombros que practican cualquier deporte, como en este caso, la natación.
En la natación como deporte de élite, el quiropráctico está involucrado como un profesional sanitario más en el cuidado y prevención de la salud del deportista.
En el caso concreto del cuidado del hombro, el papel de quiropráctico en el ajuste del paciente es crítico. Existe evidencia de que los hombros son la parte del cuerpo que más sufre en los ejercicios de natación. Este dolor de hombro en nadadores suele deberse a la hiperlaxitud, la discinesia escapular, el pinzamiento subacromial o la presión sobre el nervio supraescapular, entre otras causas.
Para tratarlo, es imprescindible un buen diagnóstico diferencial y ponerse en manos de los mejores profesionales quiroprácticos.
Conclusiones
Disfruta del verano y, por supuesto, nada lo que quieras y puedas. Esta modalidad de ejercicio es muy sana porque que involucra prácticamente a todo el sistema músculo-esquelético y al cardiovascular. Pero no olvides que no está exento de riesgos y de lesiones. Y como en Quiropráctica Sevilla no queremos que eso pase, si tienes cualquier molestia y quieres venir a vernos antes de las vacaciones, ¡estaremos encantados de atenderte!
Bibliografía:
- Pollard H et al. Spinal Musculoskeletal Injuries Associated with Swimming: A Discussion of Technique. ACO 2004. Volume 12. Number 2. November 2004.
- Cruz López F & Hurtado Rodríguez C. Impacto de la natación en la columna vertebral. Orthotips 2016 Vol. 12 No. 4.
- Matzkin E, et al. Treating shoulder impingement using the supraspinatus synchronization exercise. J Manipulative Physiol Ther 1994 Jan;17(1):43-53.